Muy frecuentemente solemos caer en la contradicción.
Pensamos unas cosas, y luego decimo otras.
Vemos hechos que al ser contados los modificamos para que parezcan de otro modo.
Podemos ligarlo facilmente a la falta de sinceridad, a la falsedad e incluso al cinísmo.
La mayoría de las veces el daño producido no es ajeno, porque la gran parte de ellas, nos mentimos a nosotros mismos.
Hoy podemos decir que estamos bien cuando nos pregunten.
A mi no me afecta. Al fin y al cabo siempre puedo acogerme a la hipoxia cerebral.
Ya saben, reir por no llorar.
No me gustan las incoherencias.
ResponderEliminarPitufo gruñón (yo, últimamente).
No te preocupes, todo son reposiciones ;) Hoy he salido con bufanda, abrigo y guantes, ¡qué calor daba verme!
Se te echa de menos.
como aquella canción del payaso,
ResponderEliminarante el mundo estoy riendo... y mi corazón sufriendo.