lunes, 25 de enero de 2010

Vulnerabilidad.


Siempre se hace referencia a los grandes amores como esas cosas que pasan en la vida una sóla vez, o como mucho dos.
Si hacemos cuentas, el primer amor, ya suele ser uno de esos grandes, y en mi caso no puedo decir lo contrario.
Con tan corta edad y uno consumido, ¿será que sólo nos queda tiempo para encontrar uno más?
¿y que ocurre cuando crees tenerlo y juegas al borde de perderlo?
Todo eso son las preguntas y emociones a las que respondemos a diario en este camino del amor.
Muchos no dejan de ser compañeros de viaje por un tiempo, siendo conscientes de ello.
Sabemos que no queremos nada serio con ellos, y los llamamos "Amigos especiales" esperando a que por causas de la vida, llegue esa fecha de caducidad impresa en el envase.
Otros muchos son los "quiero y no puedo", que se viene traduciendo como "Pensaba que era pero no". Vivimos hasta el último minuto creyendo que será la persona que ocupe el trono pero sólo nos damos cuenta del error cuando se acaba.
En muchas ocasiones, vivimos agusto, seguros, queriendo a alguien ... pero lo hacemos en un entorno nuevo, desconocido y demasiado grande.
Hemos dejado atrás nuestra vida de años y todo lo que ello implica. Una seguridad, un hogar, una familia y unos amigos, con lo que el abrazo, la mirada o el beso de otra persona nos vuelve completamente vulnerables a toda esa situación. Vivimos con miedo a preguntar, con miedo a sentir, con miedo a perder ...
Nos hemos vuelto vulnerables en un entorno demasiado arriesgado para débiles.
Bienvenidos a los fríos sentimientos londinenses ...

jueves, 14 de enero de 2010

Resolución



Sólo con el paso del tiempo, y la experiencia de las cosas vividas a lo largo del tiempo, te das cuenta de como eres. Empiezas a entenderte como persona, tus actitudes ante los hechos y a sobreentender tus reacciones ante diversas situaciones.

Eres capaz de sentir la futura tempestad incluso antes de que pase por nuestro lado revolviendo todo. Buscas soluciones y caminos alternativos para evitarla y hacer que sus estragos sean mínimos. El camino elegido se llama vuelta al hogar durante siete dias, y ahi comprendes lo que realmente sientes. Sentimientos que al fin se muestran claros y sinceros ante ti, desplegando todo su significado.
De vuelta ves que la tempestad sigue activa, con menos fuerza, pero activa, hasta que un buen día descubres las razones de toda esa revolución, o al menos las intuyes sin necesidad de preguntar.
Todo se calma y vuelves a repetirte a ti mismo que todo vuelve a ser como era al principio.
Llamadas, palabras, un tono de voz ...
Desde entonces las conversaciones y explicaciones banales de los sentimientos de otros te resultan innecesarios e inapropiados, aunque no pudiendo evitar ese ramalazo de mal sabor de boca que se le queda a uno por aparentar indiferente ...
Aunque al fin y al cabo esto es solo un juego, un juego donde yo moví ficha primero y lo crean o no los demás, desde el anonimato para unos y desde el conocimiento para otros, yo salgo ganando esta partida.