martes, 14 de abril de 2009

Huidas, Escapadas y Miradas Desviadas ...

Si bien decía Heráclito, filósofo griego, que hay una parte del río, tomado éste como metáfora para la ocasión, que fluye, y que por lo tanto representa el cambio, también había otra que permanecía de forma permanente y que por lo tanto guiaba el movimiento del agua, yo me atrevo a decir que nos encontramos con un tercer elemento que huye. Podríamos considerar este tercer elemento como un pequeño (o grande dependiendo del caso) canal que hace que se libere toda la maleza o la que consideramos como tal.

Todos nos hemos visto envueltos en situaciones de las cuales hemos tenido que salir airosos con una sonrisa nerviosa como compañera, que en grandes ocasiones se ha convertido a posteriori en agua fluyendo dentro de nuestra soledad, o lo que es lo mismo, lágrimas rodantes.

Continuos son los ejemplos que nos hacen escapar de lo que nos rodea. Hemos sido capaces de girar 180º en una estación de autobús, desbozando un “Gracias … Hasta siempre” en nuestros 0º y secado lagrimas en nuestros 180º.
Hemos escapado del amor en aeropuertos en contra de nuestra propia voluntad. Hemos dejado atrás besos y hemos traído al frente más lagrimas.
Quizás no hayamos huido de la felicidad, pero si nos hemos atrevido a ponerla en duda en estos tiempos que corren. Tiempos nada más y nada menos donde algunos se han atrevido a llevar toda la teoría aprendida a la práctica, luchando contra toda roca en el camino, para poder alcanzarla.
Hay quién alcanza el hogar. Y digo alcanzar, porque tras la carrera de la escapada, uno por fin alcanza la meta. Es curioso como somos inteligentes y sabemos cual es nuestro lugar en cada momento, renunciando sensatamente a la satisfacción momentánea de estar en casa, que no en el hogar.

Cuantas veces desde la infortunada fecha he tenido que mirar hacia otro lado, esquivando imágenes que no era capaz de ver …
Quizás haya muchas cosas que nos recuerden a alguien, o situaciones mejores que las presentes, y desde luego, es más cómoda la monotonía plana que el agrio recuerdo de la comparación pasada.

Lo que ayer era blanco, hoy puede haberse transformado en negro, gris en el mejor de los casos e incluso me arriesgo a vaticinar la inversa para determinadas personas.
Como ven, todo fluye, como el río de Heráclito, y como las lágrimas que todos hemos derramado, y todas aquellas que aún nos quedan por derramar …

¿Pero no es acaso el fluir como bien hemos dicho una señal de cambio?
Arriesguémonos a llorar … los tiempos mejores están por llegar, y los que luego tendrán que huir, serán otros ...

1 comentario:

  1. me quito el sombrero.
    y me uno a tu carrera de escapada, porque está claro que llegaremos a la meta, por muchos ríos que haya que nadar contracorriente.
    *D*

    Pd: me dirás cuál es el tema que suena.

    ResponderEliminar